Byung-Chul Han, filósofo coreano que escribe en alemán, en el año 2010 lanzó un libro titulado "La sociedad del cansancio". A partir de este texto quiero compartir algunas reflexiones que son necesarias en las vertiginosas exigencias sociales y propias que invaden al sujeto contemporáneo.
El hombre (y mujer) actual ha mutado un paradigma muy explotado por la corriente Marxista y estructuralista, principalmente Foucault, que dice relación con un sujeto que busca disciplinarse y servir de base a una producción económica de otro. Foucault al hablar del hombre lo describe como "un sujeto de obediencia" inmerso en una sociedad que estructura lo que se debe hacer.
El cambio del que da cuenta Han es el del "sujeto de obediencia" al "sujeto de rendimiento". Esta metamorfosis rinde cuenta al hecho de que ya no se trabaja para servir al capital, sino en pos de un proyecto personal, que no es otra cosa que la búsqueda desmesurada del éxito. En este afán el sujeto no es explotado por otro, lo que se produce es una autoexplotación. ¿Por qué llegas a la casa, luego de trabajar 8 horas, y sigues trabajando? Por mi carrera, mi desarrollo profesional, mi realización personal, es lo que decimos todos.
Entonces, que pasa, el hombre no tiene tiempo para el ocio y se siente cansado, ¿Suena esto familiar? Ocurre que en el afán exitista nos olvidamos de nosotros y del otro, de nosotros porque no importamos en virtud de que por encima está el éxito profesional y del otro porque con el otro competimos, tengo que ser mejor que el otro, tener más que el otro.
Esto es pernicioso, ya que el hombre se explota a sí mismo hasta el colapso, y el colapso acarrea enfermedades neuronales, o acaso no "están de moda" los trastornos de déficit atencional, síndrome de desgaste ocupacional, trastorno límite de la personalidad, etc. Son términos comunes ya para todos nosotros. Pero, sin duda el más famoso de todos deriva de la frustración devenida de la circunstancia de que esta autoexplotación no necesariamente produce los frutos deseados, de modo tal que entramos en "La Depresión". Es difícil no conocer a alguien que no te hable de algún deprimido, lo que es penoso y es más, es una nueva epidemia.
Sin duda es necesario darse un tiempo para reflexionar sobre este tema, sobre nuestra vida y cuestionarse el narcisismo brutal al que el neoliberalismo lleva. Eso es todo "darnos tiempo".
Sólo salgo para renovar la necesidad de estar solo.